diario de a bordo

Disoinua, algunas reflexiones y muchas preguntas

Disoinua nació desde la hipótesis de que cada persona tiene una perspectiva única sobre el diseño, y para explorar cómo suena el “diseño” en Bilbao-Bizkaia. Para ello, entrevistamos a 20 personas que vendían algo con la palabra “diseño” en Wallapop o en comercios de la ciudad.

En esta exploración, hemos visto objetos “de diseño”, objetos “con diseño”, servicios de “diseño de”… Y hemos confirmado que, efectivamente, cada persona tiene una definición diferente del diseño, y le piden cosas diferentes, ya sea estética, funcionalidad, ambas, soluciones a problemas, que les sorprenda, que les haga sentir algo…

No solo las personas le dan diferentes significados, sino que si miramos las definiciones que dan la RAE y Wikipedia tampoco tienen nada que ver. Una habla más de un dibujo o un plan, y la otra más del diseño como “proceso previo de configuración mental”.

Y entonces, ¿qué tenemos que hacer? ¿habría que buscar un consenso en cómo entendemos la palabra diseño? ¿cuál sería? ¿habría que inventar nuevas palabras para definirla? ¿o es enriquecedora la diversidad de perspectivas y no importa que no lo entendamos todo el mundo igual? 

Porque, aunque cada persona tenga una definición diferente de diseño, lo que realmente sí une a esta personas es cómo entienden el verbo “diseñar”, como un proceso para llegar a algo que cumple un objetivo o satisface una necesidad y que además aporta valor. 

Tenemos suerte porque en lengua española existe el verbo “diseñar”. Como diría Isabel Campi, “los arquitectos, por ejemplo, también llevan a cabo una actividad basada en la proyección y la creación de sus edificios, pero no por ello han inventado el verbo “arquitecturar” “. Y en otras lenguas, como el francés, el verbo “diseñar” no existe como tal. 

Y tras 20 entrevistas, un diario de a bordo, una exposición en el metro y una charla en el evento Belarrirekia (donde sorteamos en directo los objetos de “diseño” de la investigación para celebrar el inicio de la Bilbao Bizkaia Design Week 2022), damos fin a este proyecto. Terminamos con algunas reflexiones y muchas preguntas, pero sobre todo con ganas de seguir aprendiendo sobre ello, de escuchar en el día a día lo que es diseño, y de seguir haciendo lo que más nos gusta, que no es diseño, sino diseñar.

Eskerrik asko Bilbao Bizkaia Design Council, Bilbao Ekintza, Beaz, Colaborabora, Metro Bilbao, Estudio Ainara Ipiña, Crisis Creativa, EIDE y muchos más por acompañarnos en este proceso de exploración y escucha.

Diseño de pendientes

La última entrevista que realizamos fue a una persona que colgó un anuncio en Wallapop que decía “realizo pendientes por encargo a juego con tus prendas”. La curiosidad nos venció, le escribimos, y al día siguiente nos encontramos con ella, a quien llamaremos Lourdes, en la Plaza Nueva para hablar de su anuncio y sobre el diseño. 

Nos contó que al empezar a diseñar pendientes, su intención “era investigar, ver lo que le gusta a la gente”. Para ella, el diseño no es algo que se hace en serie, sino que es algo personalizado, algo no estandarizado. “Me aburre muchísimo repetir una “obra”, así que pensé en dirigirme a gente que valore las cosas únicas”.

También estuvimos reflexionando sobre la relación entre el diseño y la exclusividad: “Lo identifico con algo de cierto valor económico, sigo teniendo esa idea, confundo diseño con diseño exclusivo”, lo que nos hizo preguntarnos: ¿por qué relacionamos diseño con algo caro si el diseño al final está en todo? Para ella es clave que el diseño nos diferencie. 

Lourdes nos aseguró que nunca había reflexionado sobre el diseño, realmente. Y que esta entrevista la estaba haciendo pensar mucho y darse cuenta de muchas contradicciones internas que tenía sobre el diseño: “El diseño puede ser alcanzado por todos, pero no todos hacen un buen diseño…” ¿Pero qué es exactamente un buen diseño? “Un buen diseño es “que funcione, (¡aunque no tiene por qué!), que se salga de los estándares, que coincida con mi gusto (¡pero tampoco…!), igual ni me gusta pero me llama la atención ver algo diferente.”

Pensando más en profundidad sobre ello, Lourdes añadió que el diseño también puede ser entendido como “una estrategia para llegar a un producto novedoso que no existe hasta el momento”. Es decir, apuntaba al diseño como proceso de innovación, con foco en “buscar la función”. También tenía claro que cuando algo está mal diseñado es cuando es “inútil, en cualquier sentido, cuando no cumple su misión, ya sea práctica, estética…”

Esta entrevista fue otro ejemplo más de que la palabra “diseño” se entiende diferente para cada persona, pero incluso la misma persona puede tener definiciones diferentes. ¿Nos hace falta una definición común del diseño? Con esta reflexión y muchas preguntas nos despedimos de Lourdes.

Juego para café de diseño

Este vendedor, a quien llamaremos Martín, ofrecía un juego para café muy original, pero nos contó que no lo usaba porque “no entra dentro de nuestro día a día” y por eso lo vendía. Según él, “las cosas están para usarse.”

Entrando ya en materia sobre por qué había puesto la palabra “diseño” en el anuncio, nos dijo que a ellos les gustó mucho “porque es algo diferente. Desde el punto de vista estético, se sale de lo común. Es algo que no entra en lo cotidiano. Para mí algo que se sale de lo cotidiano, que tiene un punto de diferencia, es algo con un plus de diseño.”

Para Martín, “el diseño está ligado a la innovación, a algo diferente, en avanzar hacia adelante” y tiene mucho que ver con resolver necesidades: “es el pensar qué hacer para satisfacer a tu clientela o a tu nicho de mercado”. En el caso de una experiencia bien diseñada, según él es “cuando llegas y dices ¡uala! porque se sale de lo cotidiano”.

Pero al reflexionar más en profundidad, en realidad Martín añadió que “todo es diseño, todo lo que hay alguien lo ha diseñado, alguien lo ha pensado y alguien lo ha fabricado”, y que en realidad “lo que pasa es que utilizamos el término diseño, la mayoría de los comunes, cuando algo se sale de lo cotidiano. Pero al final diseño como tal, para construir cualquier cosa, hay un diseño previo.”

Como si la palabra diseño a veces implicaría cosas diferentes, según si se usa el sustantivo “diseño”, o si se usa el verbo “diseñar”. No todo es de diseño, pero todo ha sido diseñado.

Y, según Martín, lo que hace “un buen diseño o un mal diseño es si esas ideas dan sus frutos”, es decir que eso que hemos pensado, prototipado y construido “sea práctico y tenga aceptación”. Porque por muy “uala!” que sea, si no se usa… se acaba vendiendo por Wallapop 😉

¿Cuándo fue la última vez que dijiste “uala” y por qué?

Boutique de diseño

Paseando por el Casco Viejo, encontramos una tienda con un cartel que decía “boutique de diseño” y decidimos acercarnos a hablar con su creadora.

Obviamente, le preguntamos el por qué de ese nombre: “El nombre de la tienda dice ya bastantes cosas. Me costó llegar al concepto de Serie B, pero en realidad yo lo que quería era una alternativa a la serie A, osea todas las tiendas que están en todas las ciudades que hacen que todas las gran vías sean iguales y que todo sea igual, que no tenga un carácter distintivo.” Para ella, era importante hacer algo diferente y se centró en vender ropa de diseñadores locales

En la actualidad, dice que llamarla “Boutique de diseño se queda más corto, porque he ampliado el concepto de Serie B.” Desde hace un tiempo, además de diseño, vende sostenibilidad, dando bastante importancia a los materiales y a los procesos: “nos va lo nórdico, el diseño local y la moda sostenible”. 

Hablando del concepto de diseño, nos dice que para ella, “el diseño es ingenio. Voy a pensar en cómo solucionar algo, le voy a dar vueltas y voy a utilizar todas las herramientas que tenga para poder buscar una solución.”

También añade la dimensión de belleza “que te haga la vida más agradable y que sea el contemplar cosas bellas hace que tu vida sea mejor”, pero a pesar de que en su opinión la estética va muy unida al concepto de diseño, sin utilidad no sirve para nada: “el diseño tiene que ser útil y no sentirme yo inútil.” Tiene que “resolver el problema que se plantea.”

Para ella, todo está diseñado, porque “todo ha requerido pensar en una solución para un problema”. Es decir, el diseño como proceso. Y en esta línea, según ella las experiencias también se diseñan. “A mí me da mucho gusto por ejemplo cuando voy a un sitio y me atienden bien. No sólo por la comida que estaba muy rica, sino por todo el proceso de atención.” En concreto, un buen diseño de experiencia es “super especial, con un trato único, casi como si lo hubieran hecho para ti.”
Nos despedimos pensando que al fin y al cabo, si el diseño es ingenio y un proceso para encontrar soluciones, y ahora tenemos un problema climático que nos afecta de forma directa ¿no incluiría de por sí el concepto de diseño la dimensión de sostenibilidad para resolverlo?

Diseño de cejas

El siguiente anuncio que encontramos no fue el de un objeto “de diseño” sino un servicio de “diseño de cejas”. Anabel se dedica de manera profesional al maquillaje y también a la producción de eventos, a parte de ser voluntaria en una protectora de animales.

Al encontrarnos, lo primero que le preguntamos es qué es exactamente el diseño de cejas, a lo que nos contó: “El diseño de cejas es según las facciones que tienes, con unas ciertas medidas, hacer un diseño específico que lo que hace es favorecer tus facciones naturales.” 

Para ella, el diseño es “una manera de armonizar un rostro” y también es “una vía de creatividad, de explotar la creatividad de las personas”.

“Muchas personas tienen asimetrías faciales, o han sufrido un corte y tienen que igualarlas un poco con la otra, o necesitan una imagen un poco pulcra y necesitan ayuda para limpiarse las cejas bien perfectas y depiladas”. Anabel estudia sus facciones y sus necesidades para crear un diseño que se adapte a ellas. También hace cursos para personas que han pasado cáncer, para aprender a pintarse las cejas de cero.

Para Anabel, “la imagen que das a los demás es muy poderosa”. Por eso, cuando maquilla también está diseñando. “Cada color indica una cosa. No es lo mismo ir a una reunión con un gloss que es como ‘estoy aquí pero quiero ser discreta’, que ir con los labios rojos que es ‘vengo a darlo todo y quiero que me veais’”, nos cuenta. 

Esto nos hizo reflexionar sobre cómo día a día, a veces sin pensarlo, diseñamos nuestra imagen y por lo tanto lo que los demás ven de nosotros. ¿Es importante diseñar nuestra imagen? ¿Hasta qué punto influye en la relación que tenemos con las otras personas? ¿Cuánto nos diseñamos nosotros mismos y cuánto nos diseña el ambiente?

Seguimos reflexionando con Anabel sobre el diseño y el rol que tiene en nuestras vidas y en la de las personas de nuestro alrededor. Para ella “algo que tú diseñas tiene que hacer sentir algo a otra persona”. 

Y a ti, ¿qué diseños te han hecho sentir algo?

DISOINUA ES UN PROYECTO DE APITROPIK PARA LA BBDW22

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